Premio Diamante 2018

En septiembre de 2.014, OBRAS MARÍTIMAS DEL SUR, una empresa española de medios marítimos, se pone en contacto con RE-CORTA, DEMOLICIÓN TÉCNICA, S.L. para plantear el problema existente.
En el muelle de la Base Militar de Mers El Kebir (Argelia), a 7 metros del cantil, hay una pontona militar de 1.000 toneladas hundida a 11 metros de profundidad. Las dimensiones de la embarcación son: 30 metros de eslora, 12 metros de manga y 3,50 metros de puntal.
El escaso calado existente imposibilita que los militares puedan utilizar esa zona como zona de atraque para otras embarcaciones y desean recuperar ese espacio.

Los intentos por reflotarla con grúas han resultado fallidos debido al peso total del conjunto. Se estudia una solución para fragmentar el pecio en seis bloques de 165 toneladas de peso máximo.
La propiedad decide no llevar a cabo el proyecto descartándolo por “coste excesivo”. Se inician entonces una serie de operaciones para llevar a cabo la fragmentación mediante lanza térmica. Se retira toda la supraestructura metálica y se fragmenta un 75% del casco. Esta operación dura hasta enero de 2.017 donde OBRAS MARÍTIMAS DEL SUR ORÁN vuelve a contactar con RE-CORTA, DEMOLICIÓN TÉCNICA, S.L. para plantear la nueva situación.
Han conseguido desguazar un 75% del casco del barco (zona central y popa) pero se encuentran con que en la zona de proa se acumula demasiado lastre de naturaleza pétrea (hormigón y piedras) y no consiguen resultados con la lanza térmica.

Queda una porción de pecio de 12,00 x 6,40 metros sobre la cual plantean ejecutar dos cortes transversales con hilo diamantado. Desde RE-CORTA se plantea la ejecución de dos cortes en cruz (perpendiculares entre sí) para poder optimizar resultados obteniendo un mayor número de piezas (4 frente a 3).
Se llega a un acuerdo económico y se preparan los medios materiales y humanos necesarios para acometer los trabajos.

• Oficiales con experiencia contrastada en trabajos de corte con hilo bajo el agua y en corte de metales
• Supervisor con 25 años de experiencia en el mundo del corte con diamante
• Cortadoras de hilo de diamante Tyrolit Hydrostress SB, accionadas por grupos hidráulicos Tyrolit Hydrostress PPH40RR
• 120 m.l. de hilo de diamante
• Mangueras hidráulicas, eléctricas y de suministro de agua
• Furgón Mercedes Sprinter 315 CDI
• Herramienta manual
• Repuestos de todo tipo

En el año 2.011, el personal de RE-CORTA había participado en un trabajo de similares características, el corte de otro pecio: un patrullero hundido.
A pesar de ser la primera vez que se había hecho un trabajo de este tipo, éste no presentó tanta dificultad como el trabajo objeto del presente informe. Factores como el tipo de barco, la posición y el tiempo que éste llevaba hundido influyeron positivamente en esta primera experiencia.

Hasta ese momento, se había cortado bajo el agua hormigón armado y, por otro lado, se habían cortado distintos metales (acero, zinc, bronce, bauxita, cobre, plomo…), pero nunca bajo el agua.
A día de hoy, RE-CORTA ha consolidado su carácter internacional al haber estado presente en 17 países: España, Portugal, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Suiza, Austria, República Checa, Polonia, Rumanía, Ucrania, Colombia y Argelia.

Los operadores de RE-CORTA han recorrido en furgón los 1.200 km que separan Vilagarcía de Arousa de Almería, cruzando l península de noroeste a sureste, para continuar por mar las poco más de 100 millas náuticas que separan los puertos de Almería y de Orán.

Los últimos 15 km del trayecto, entre el Puerto de Orán y la Base de Mers El Kebir se realizaron en furgón, con escolta militar.

El camino de vuelta se ha tenido que hacer pasando por el Puerto de Ghazaouet, sito a 180 km de Orán, lo cual ha generado problemas burocráticos extra (por ser distintos los puertos de entrada y salida del país).

Existen dos diferencias fundamentales entre trazar líneas sobre un papel encima de una mesa y cortar con hilo de diamante un barco hundido.
La primera es que en el primero de los casos se tiene visión directa sobre lo que se e haciendo, y la segunda es que los trazos que (quien ha cortado lo sabe) el hilo tiende a ir por donde camino más fácil, el que ofrece menor resistencia.
Por estos motivos, entre otros, ha sido necesario variar sobre la marcha el planteamiento previsto y pasar de un fraccionado en 4 bloques a un fraccionado en 5 bloques.

En este apartado se muestran las imágenes de cada uno de los 5 bloques retirados. En ellas se pueden apreciar detalles tan impactantes como el izado de las piezas o el acabado del corte de los distintos elementos que actuaban como lastre en la pontona hundida: tanto de las piedras/hormigón como de las cadenas sueltas.

• Cortar a ciegas: Aún con la ayuda de los buzos, la circunstancia de cortar bajo el agua hace que haya que agudizar los sentidos, especialmente la vista (vigilancia de manómetros, trayectoria del hilo) y el oído (sonido del corte). Se necesita mucha experiencia para controlar el corte únicamente con estos factores.
• Corte de elementos móviles: El hecho de que alguno de los cortes haya coincidido dentro de los compartimentos donde se almacenaban las cadenas ha dificultado sustancialmente la ejecución de los trabajos: cada movimiento de la cadena que se estaba cortando frenaba y provocaba roturas en el hilo (a veces ¡cada 15 minutos!).
• Comunicación con los buzos locales: Más allá de la barrera del idioma, existían otros factores que complicaban la cooperación, como el desconocimiento que los buzos tenían sobre este tipo de trabajos. Ha sido necesario explicarles y hacerles entender el problema que suponía para el hilo cortar partes móviles (mallas de cadena) para lograr su implicación y sacar el trabajo adelante.
• Impaciencia inicial de los promotores: El hecho de que en las dos primeras semanas de trabajo no se hayan reflejado avances visibles (las piezas cortadas se mantenían en el fondo del mar) ha hecho que cundiese un poco el nerviosismo entre los representantes de la propiedad. Esta situación se revirtió completamente en tanto en cuanto se empezaron a retirar bloques a la superficie.
• Monotonía: Una vez pasado el hilo y puesta la máquina en funcionamiento, el trabajo de cortar grandes secciones se puede volver monótono. El hecho de estar muchos días, diez horas seguidas a pie de máquina, en un país extraño, con una cultura radicalmente distinta a la de uno, pone a prueba las mentes más fuertes. Por el contrario, este cúmulo de circunstancias hacía que cada vez que se finalizaba con éxito un corte, el grado de satisfacción alcanzado estaba varios puntos por encima del obtenido en unas circunstancias “normales”.